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Revista digital 1º A

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Cuando los más jóvenes dominan la tecnología y los padres se niegan a aprenderla, los peligros están a un clic de distancia: delincuentes cibernéticos buscan a sus víctimas en lugares como el chat, donde primero ganan su confianza para después hacerles daño.

Aunque los padres o maestros no pueden vigilar el comportamiento de los jóvenes en sus computadoras a todas horas, no deben tomar a la ligera el uso de internet. “Los padres necesitan comprender qué hacen los niños con la tecnología, hay que sentarnos a ver cómo la utilizan; somos parte del problema y de la solución”, apunta Armando Novoa, de Navega Protegido en Internet, un organismo que agrupa empresas y asociaciones de tecnología.

Los usuarios de la red piensan que el anonimato de la computadora es igual a seguridad, sin embargo, mucha de la información que se publica en una red social es suficiente para vulnerar la integridad de los participantes.

El principal riesgo en estos sitios son los ciberacosadores, delincuentes que preparan a los jóvenes para un encuentro, “se ganan la confianza y luego amenazan con exponerlo a sus amigos o hacerle daño a su familia, tienen datos suficientes para un secuestro, el diario de las niñas que antes estaba escondido ahora se publica en la red”, asegura Novoa.

Para defender a los jóvenes de estos peligros el primer punto, de acuerdo con Manuel Gameros, de la Universidad Iberoamericana, es “decir no a la cultura del miedo; más que controlar queremos que los niños aprendan a tomar decisiones, a cuidarse ellos mismos”.

Internet es una gran responsabilidad, prohibir su uso no sólo puede derivar en una curiosidad insana, sino que se privaría a los niños y jóvenes de una herramienta que también les permite jugar, divertirse, entretenerse y aprender; es necesario darles bases para acercarse de una forma segura. Armando Novoa explica que la mejor manera de acercarse a los jóvenes es por medio de “una cultura a través de la empatía, comunicación, involucramiento, descubrimiento y libertad”.

El principal reto a vencer por parte de los padres son los prejuicios, tales como la barrera digital, es decir, la falta de interés en las nuevas tecnologías, o bien que vean a la red como una niñera electrónica: “Internet no ha revolucionado el mundo, es sólo parte de él, es una herramienta, los padres tienen que conocer el tipo de relaciones que forman los menores en la web”, señala Gameros.

Finalmente, Armando Novoa agrega que “los jóvenes pueden caer en un comportamiento ilícito sin saberlo, por ello los padres deben aconsejar a los menores a no dar datos personales ni fotos y poner especial cuidado en la web cam”.

 

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