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Revista digital 1º A

La noche , en que Diego Armando MARADONA , murio -

Se ve mucha gente llorando por las calles. Aún el público se sigue preguntando cómo y por qué ocurrió. Por qué sucedió de esa manera. "Ha muerto Maradona", dicen las noticias. Ver esa frase es un nudo en la garganta,imposible de desatar. Los diarios hacen un negocio fastuoso. Son cinco ediciones diarias: A las doce de la noche, a las ocho de la mañana, después las doce del mediodía, luego una primera edición vespertina a las cinco y la última a las ocho de la noche. Mierda, la gente gasta en diarios como si comiera asado todos los días. El negocio de la comunicación se incrementó en un 300 por ciento. Hay móviles en las ciudades principales, básicamente en Villa Fiorito y en Nápoles, Italia; en Ezeiza, la cancha de Boca y la de Argentinos Juniors. Los periodistas hacen entrevistas exclusivas con todo aquel que se acerque a la radio, o ante una cámara de TV, y demuestre que posee una foto junto a Maradona. La última bombita es que en los shoppings hay rebajas de hasta un 30 por ciento de la compra a quien presente su documento nacional de identidad acreditando el nombre Diego Armando. La muerte de Maradona es un negocio para todos. Todos los portales de internet están saturados y las computadoras se tildan. Casi que ni conviene usar la web. Además hay una historia nuevita a la vuelta de la esquina. Se anuncia que se avecina un importante mercado negro de camisetas y ya se creó el club de amigos de la pasión maradoneana. Es una cadena de gente agrupada. Son aquellos que con unos diarios viejos, unas revistas el gráfico y algunas camisetas armaron su museíto. Muchos europeos hacen cola y pagan en euros y muy bien. Dicen que en México se vivieron horas de mucha tensión, pero ahora reina la calma. La Policía del Distrito Federal se abarrotó alrededor del Estadio Azteca porque hubo intentos de saqueos. Corrió la noticia de que mucha gente quería robar el césped del campo de juego.

Maradona se desmejoró de golpe. Fue todo muy repentino y no hubo tiempo ni siquiera para reanimarlo. Pero se lo veía muy bien, de buen semblante hasta el momento de hablar. La cuestión es que quienes presenciaron esa última conferencia de prensa no pudieron atinar a nada, quedaron pasmados, perplejos, impotentes. Sí, fue el deceso más impensado de la historia y el más triste. Lo increíble es que nadie tuvo tiempo de preguntarle algo. Había una gran jarra de agua, luminosa. Nada más. No había sponsors a sus espaldas. No estaba el escudo de la AFA. Y lo que inquietó un poco es que Diego estaba vestido como cualquiera de nosotros, es decir, como una persona común, un mortal ordinario. Con el ceño fruncido, Maradona se sentó delante del micrófono, se sintió un acople en el parlante y luego lanzó su monólogo, escueto: "Bueno quiero comunicarles a todos que me rindo. Se acabó. Vamos a perder y tengo miedo. No le tengo fe a este equipo, no me inspira ninguna confianza. Muchachos, se los digo clarito, estamos derrotados. Somos unos perdedores". Luego, Diego tragó saliva y siguió: "No hay posibilidades de nada, creo que no le vamos a ganar a nadie y por eso les dejo un saludo a todos. No tengan fe en este equipo, en el trabajo, porque la verdad no pusimos y no vamos a poner ni las manos. No vale la pena luchar. Estoy, estamos, muy atemorizados. Por eso es mejor irnos a casa". Tras ello, a su alrededor, todos lucían petrificados. Después de sus palabras, Diego se levantó y se fue en silencio, solitario, hasta perderse en el horizonte. Ese fue el día que murió Maradona...

 

Fuente : http://www.diaadia.com.ar/?q=content/el-dia-que-murio-maradona-yo-creo-en-diego

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