El bautismo de Valentino, el hijo de Wanda Nara y Maxi López
No existe mayor orgullo para los padres que ver crecer a sus hijos. Una personita que nació como un deseo y, poco a poco, fue convirtiéndose en algo tangible, en un amor indescriptible que llena los poros y da luz al alma. Sus hermosos ojos azules observaban todo con mirada inocente y una sonrisa constante sin comprender el papel protagónico que le había sido otorgado. El martes 22, Valentino López (11 meses) recibió su primer sacramento junto a sus papás, Maximiliano Gastón (25) y Wanda Nara (23), en una ceremonia para 120 invitados que CARAS compartió en forma exclusiva. A las 18:00, el padre Luis Farinello llegó al tercer piso del exclusivo edificio Château Libertador y se acercó a la pila bautismal, adornada con liliums y yerberas en blanco y amarillo, de Company Flowers.
Acompañados por los padrinos, Zaira Nara (21) y el hermano del futbolista, Jonathan (23), los papis y “Valen” siguieron atentos las palabras del sacerdote. La sonrisa angelical del niño sólo se desdibujó un instante en toda la jornada por el agua helada que caía sobre su frente, y una vez finalizado el solemne acto, “Maxi” levantó en alto a su hijo para desatar un aplauso. “Valentino es el bebé más lindo del mundo. Estamos felices y súper contentos, rodeados de familia y amigos. Es un momento único y especial para nosotros. Cumplimos un sueño”, dijo Wanda con un diseño de Laurencio Adot, que acompañó con zapatos Christian Dior y cartera Louis Vuitton.
A las 16:30, comenzaron a llegar los invitados y, tras presentar la tarjeta de Alkimia Design al personal de seguridad de Federico Perroti, ingresaban al mágico salón, decorado al mejor estilo Disney con globos colorados y negros dispuestos como centros de mesa y delicadas nubes al tono, realizado por Gabriel Valenzuela de Mr. Globo. Nadie se quiso perder el festejo y todos quedaron sorprendidos por el lujo del edificio, una muestra de lo cual fue el ascensor de grandes dimensiones y ambientado como un living, con paredes empapeladas, un sillón de cuero y un plasma. Wanda recibió a su abuela, Rosa, y a sus padres, Andrés y Nora, mientras que “Maxi” escoltó a su mamá, María, sus hermanos, Marcela y Ezequiel, y sus sobrinas, Victoria y Ambar (de tan sólo 20 días) hasta la mesa principal, equipada por Casa Wada. El jugador del Gremio de Porto Alegre conversó con su amigo futbolista Héctor Bracamonte, a quien conoció en el FC Moscú, y degustó la comida de GM Catering y el menú japonés de Sushi Town, al tiempo que todos los niños eran maquillados y disfrazados como Mickey o Minnie por el equipo de Makeover, tienda de lookeo. La fecha del evento fue especialmente elegida para que el novio de Zaira, Diego Forlán (30), que vive en Madrid, pudiera compartir este encuentro especial.
A las 18:30, todos los niños que se divertían en el castillo inflable de Brinkar y la plaza blanda de Toy Recreación, salieron corriendo para ver la gran sorpresa de la tarde. Sentados en el piso con “Valen”, con un diseño de Daniel Casalnovo, que también vistió a su papá y a su abuelo, “Maxi” y Wanda disfrutaron del show infantil de Adriana y hasta pasaron al frente con la abuela Nora, Zaira y Forlán para cantar y hacer una divertida coreografía. “Fue hermoso porque Valen es súper fanático de ella y no paró de mover los bracitos con sus canciones”, dijo la modelo. El agasajado de la tarde recibió muchos regalos. Su “tío” Diego le trajo desde España una medallita de oro grabada con la imagen de la Virgen Niña. “Nuestro hijo recibió muchos obsequios. En esta Navidad haremos una donación en su nombre al Hospital de Niños ´Ricardo Gutiérrez´”, comentó el matrimonio, inspirado por el espíritu de estas fechas.
En uno de los livings armados por Jazmeen Deco, Zaira se mimaba con el jugador del Atlético Madrid, que este año recibió por segunda vez el “Botín de Oro” por ser el máximo goleador de Europa. Durante toda la tarde, la pareja compartió risas cómplices y besos apasionados, sólo interrumpidos cuando Forlán alzaba al agasajado y jugaba con él. El momento más divertido fue cuando, a las 19:25, el DJ Juan Pablo Zuccardi, de The Music Company, hizo sonar la canción “Llamada de emergencia”, de Daddy Yanquee, y “Maxi” y Wanda recorrieron una alfombra colorada disfrazados de Mickey y Minnie. Su hijo no podía creer lo que veían sus ojos y al compás de la música bailó alzado en los brazos de sus papis, mientras que la bisabuela paterna, Paula (87), con una vincha de Minnie, de Cotillón Casa Alberto, armaba un singular trencito. “Maxi está enloquecido. ¡Imagináte, para que se disfrace de Mickey delante de todos los amigos..! Ahí te das cuenta de que por ‘Valen’ hace cualquier cosa”, comentó Wanda sentada en un sillón de cedro tallado a mano, forrado en pana y realizado especialmente para la ocasión.
El bautismo, cuidado hasta en el más mínimo detalle por Andrea Roitberg, fue una montaña rusa de emociones y las risas y la alegría que todavía resonaban en el salón, dieron paso a las lágrimas. “Maxi” y Wanda se sentaron con su hijo frente a la pantalla gigante y vieron un emotivo video, musicalizado con el tema “Canción de cuna”, de Los Piojos. En él se veían desde la primera ecografía pasando por el embarazo hasta la llegada de su hijo. El orgulloso padre aplaudió y silbó cuando una imagen mostró a su hijo vestido con los colores de River y una camiseta con el número 9 y el nombre de su primogénito. El video, realizado por Anahí de F&S Producciones, cerró con un enternecedor mensaje de sus padres: “Valen sos nuestro bombón, nuestro Rey, nuestro corazón. Sos el regalo más lindo que nos dio la vida. Nos iluminás día a día con tu hermosa sonrisa y nos alegrás intensamente el alma. Que seas muy feliz, hijo. Te amamos con locura. Mamá Wanda y Papá Maxi”. Luego de enjugar sus lágrimas, el futbolista besó a su hijo y a su esposa. “Me mató, es la cosa más linda de mi vida”, se limitó a decir Gastón, como lo llaman sus íntimos, aún con la voz entrecortada. Una vez superado el torbellino de emociones, los presentes se relajaron y se acercaron a la mesa dulce de Magirai Tortas y atacaron los cupcakes de Les Muffins, realizados por Silvia Kruchowski, todo acompañado por té y café de El Continente.
Pasadas las 20:30, los invitados comenzaron a retirarse y se llevaron como souvenir un portarretrato con una tierna foto de Valentino y una bolsa llena de caramelos para amenizar el regreso a casa de los más chicos. “Fue algo mágico y todos la pasaron bárbaro. ‘Valen’ se redivirtió, y eso era lo más importante para nosotros”, se despidió Wanda que recibirá las luces del Año Nuevo con toda su familia en la casa de su cuñado en Madrid.
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